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A todos, amigos y participantes de BANUEV, paz y bien!!!
Fr. Jorge J. Cittadini ofm cap.
Asesor Pastoral BANUEV

"Jesús les dijo: La paz con ustedes. Como el Padre me envió, también yo los envío.
Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: Reciban el Espíritu Santo..."

(Jn 19, 21-22)



Luego de ver el sepulcro vacío, nada se comprende... "¿por qué lloras?" le dice el ángel a María Magdalena... "Se han llevado a mi Señor ¿dónde lo han puesto?" dice ella... Al volverse y ver a Jesús no lo reconoce, nos dice el evangelista. Pero al pronunciar su nombre:"María", exclama con gozo: "Rabbuní".

El primer día de la semana, los discípulos se encontraban con las puertas cerradas, porque tenían miedo... y en medio de ellos se les presenta Jesús, y pronuncia éstas palabras: "La paz con ustedes...", los envía y les da el Espíritu Santo.

Señor Jesús, a menudo no comprendemos, tenemos miedo y lloramos... necesitamos verte, afianza nuestra fe. Hacénos hombres y mujeres de fe. ¡Queremos verte Jesús!

1. El Espíritu Santo que Jesús nos da nos renueva, nos hace nuevas creaturas. El Espíritu genera en la comunidad un sentido de pertenencia. Pertenecer a la comunidad de Jesús, nos impulsa a entregar los dones que recibimos para que ella crezca y sea un espacio de comunión donde podemos mirarnos, reconocernos y aceptarnos. En el relato del Evangelio que leemos en la celebración de Pentecostés, el Espíritu dado por Jesús está orientado al perdón de los pecados. La comunidad no dejará de tener fallas, errores o desvíos... Pero esta comunidad se distinguirá por el amor que los integrantes tengan entre sí, ese amor que da la capacidad de perdonar y comenzar una nueva historia.

2. Como a María Magdalena, cuando nos encontramos con temor, sin respuestas, temerosos, y vemos que nadie se nos acerca a preguntarnos cómo estamos..., Jesús nos llama por nuestro nombre. Quizás, en este tiempo él nos está llamando por nuestro nombre, estemos con los sentidos atentos a su paso, a su voz, a sus caricias, a sus palabras, a la dulzura de su mirada. Él pasa por la comunidad, camina con nosotros, no seamos necios y duros de corazón, hagámosle un lugar, dejemos que nos toque, bajemos la guardia, hagamos silencio, escuchemos: "Solpó sobre ellos y les dijo: Reciban el Espíritu Santo".

3. Queremos ser interlocutores en voz alta de Aquel que es la Belleza, de Aquel que quiere entrar en relación con este mundo. La Iglesia, como comunidad de hermanos/as, encuentra en este día de Pentecostés, el comienzo de su tarea misionera. ¿Cuál es nuestro anuncio? ¿Qué tenemos para anunciar?...

4. Los invito a profundizar en la intuición artística, que va más allá de lo que perciben nuestros sentidos, y penetrando la realidad, intenta descubrir el misterio escondido. Dice el papa Juan Pablo II en la carta a los artistas: "Dicha intuición brota de lo más íntimo del alma humana, allí donde la aspiración a dar sentido a la propia vida se ve acompañada por la percepción fugaz de la belleza y de la unidad misteriosa de las cosas”
(nº 6). Esta inspiración la recibe el artista a través de una “iluminación interior”, que moviliza las energías de la mente y el corazón cuando se compromete incondicionalmente con el bien y con lo bello y hace de algún modo la experiencia del Absoluto que le trasciende. Al adentrarse en esa “patria del alma”, el artista se pone en “estado de gracia” y es capaz de dar forma sensible a las realidades misteriosas cuya grandeza logra entrever.

5. Nuestro anuncio tiene que ir dirigido en dos frentes: hacia dentro y hacia fuera de la Comunidad.
La unidad y la comunión. La oración como diálogo y encuentro. El perdón como condición de acercamiento a mi hermano/a. Estar dispuestos a dejar los propios planes para seguir los de la comunidad, aunque los de uno parezcan, y de hecho sean mejores. Cultivar las propias iniciativas y creatividad. Valorar la unidad en la caridad más que la mera eficiencia en la acción.

6. Hacer experiencia de esta Belleza, nos lleva verdaderamente a los límites de la realidad inexplorada. Una vez experimentado esto podemos salir hacia fuera a compartirlo. Una belleza que se irradia con la vida, en la mirada, con los gestos, en nuestra postura frente a los demás, en los esfuerzos por la paz y la unidad.

7. ¡Artistas! que el Espíritu de Pentecostés nos encuentre unidos, para que el mundo crea en la Belleza que nos ama, nos crea y nos salva. Salgamos a anunciar a Jesús, con fervor apostólico, con lo que somos y tenemos. Desde lo que mostramos, el paso de la Belleza por nuestras vidas. Acérquense a sus parroquias, comunidades, grupos, y vivan este Espíritu de Pentecostés. María que permaneció junto a los discípulos en este anuncio y efusión del Espíritu Santo, nos consolide como Comunidad. Aferrémonos a ella. Pidamosle que nos enseñe a permanecer atentos a la voz de su Hijo.

Les deseo un Feliz Pentecostés en el Espíritu!!!


Fraternalmente



Fr. Jorge J. Cittadini ofm cap.

Asesor Pastoral BANUEV

 

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